Marcelo Orellana

Ha sido una experiencia muy enriquecedora y bonita, tener la oportunidad de trabajar con maderas muy antiguas y transformarlas para lograr una sonoridad y estética únicas. Es realmente interesante ver cómo la madera es capaz de resistir el paso del tiempo, cómo puede soportar adversidades y, a pesar de las condiciones, crecer en lugares tan húmedos como el sur de Chile.

En este proyecto hemos reciclado maderas como Mañio, Alerce, Ciruelillo, Tineo y Luma. La madera del sur de Chile es maravillosa y responde de forma excepcional en la dirección y velocidad del sonido. He podido obtener piezas óptimas que cumplen con las características necesarias para una guitarra de alta calidad.

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Al trabajar con estas maderas, he descubierto que algunas responden muy bien. A pesar de tener algunas complejidades, demuestran ser materiales muy seguros para la construcción, al igual que las maderas tradicionales que se utilizan para la creación de instrumentos.

 

Mi esperanza es que tanto músicos como luthiers se enamoren de la madera nativa. Es una alternativa cercana, que tiene mucho que ofrecer tanto en estética como en sonoridad. Hay un mundo por explorar, y confío en que con el tiempo las inquietudes sobre su uso empezarán a desaparecer.»